Tuve oportunidad de cursar un año de ingeniería industrial en Francia. Concursé por la beca Mexfitec de la cual 99 compañeros de universidades públicas de todo México y yo resultamos ganadores.
Estudiar durante un año en el Institut National des Sciences Appliquées de Lyon me permitió conocer personas de diferentes nacionalidades, quienes a pesar de diferencias culturales y de creencias, pudimos compartir la misma pasión por la ingeniería industrial. Convivir y trabajar con ellos, crear diferentes proyectos y participar en conjunto en varias actividades, ayudó a desarrollar en mí la virtud de la tolerancia, la capacidad de comunicación y el liderazgo, las cuales son necesarias en el mundo profesional.
Otra de mis actividades principales fue el deporte, en la disciplina de voleibol representando al INSA de Lyon nacionalmente. Afortunadamente también pude viajar y recorrer gran parte de Europa.
Es tan amplia la experiencia de vivir en otro país que no es suficiente expresarlo en unas cuantas líneas. Me despedí de Francia, Europa y de grandes amistades, regreso a México con un cúmulo de conocimiento, vivencias y deseos de trascender, colaborar en la resolución de problemas y finalmente con el deseo de motivar a más jóvenes a que se sigan preparando, que estudien idiomas, crucen continentes y que estén listos para la oportunidades que se puedan presentar.
En este mundo de ingeniería tan grande y competido, obtener una beca implica arduo trabajo, pero es más trabajo el que se requiere invertir en perseverancia y esfuerzo para llegar a un objetivo, en el proceso, vivir experiencias inigualables y por supuesto aportar a la sociedad y a México un poco de esto.